lunes, 22 de junio de 2009

Aromas de Medina. 18 de octubre de 2008

CAPÍTULO 4. EL DE MEDINA A LA LUZ DEL SOL Y LA JUERGA FLAMENCA.



Me levanté después que todas, cuando Elena ya se había ido, y me comí un par de croisan con Nocilla, tan inocente yo, sin acordarme de nada hasta que me lo tuvieron que sacar a la luz... Encima de la mesa estaban los collages que había hecho Cristy. Eran bien bonitos y encima ¡había uno para cada una! Se lo curró la tía. Nos hizo más ilu... Cada una con su fotito propia en el centro.

Después de un ratito, nos vestimos porque habíamos quedado con Pepe y con Francis para comer. Tomamos unas tapitas en un bar de la plaza y luego llegó Isabel con sus papis. Llevaba un gorrito precioso y tenía carita de sueño. Estaba muy guapa y muy crecida desde la última vez que la vimos.

Después, fuimos al sitio donde trabajaba Nando para tomar un café. Pero había demasiada gente y los asidonenses decidieron llevarnos a un lugar llamado “Aromas de Medina”. Marta y yo en el coche con Pepe y Ana y las demás en el coche de la ola de Francis... ¡Que no corría na ni na! Las pobres niñas así llegaron...

El sitio era una preciosidad. Tenía cada adorno cuidado al detalle. Una decoración y disposición muy lindas y armónicas. Mely compró dulces típicos para su madre y su suegra y los niños invitaron al cafelito de la tarde.

Después de eso, volvimos para descansar un ratito antes de coger el autobús de vuelta. Los niños se quedaron abajo viendo el futbol y las niñas nos subimos... ¡para liarla, como no! Nos tiramos todas en el sofá cama y venga a movernos de un lado para otro. Y sobre todo, Cristy, que cuando menos nos lo esperábamos, pegaba un salto y caía encima de nosotras (vale, más bien encima de Marta y su hueso “ Romario”). Acabamos cantando mil canciones, incluidas las de Lengua Inglesa y hasta el “probe Migué”. Y claro, todo acompañado de palmas y de baile; si no, ¡no hubiera sido igual! Cuando nos fuimos para abajo, los niños nos estaban mirando con unas caritas...

- ¡Menos mal que estábais cansadas y queríais descansar un ratito! – nos dijo Pepe, riéndose por todo el escándalo que habíamos formado.

Nos llevaron hasta la estación de autobuses y la salida inminente del nuestro ponía fin a la diversión. Nos despedimos de Anita con mucha pena: aunque lo habíamos pasado tan bien, ¡nos quedaban aún más ganas de estar juntas! Pero habían sido 24 horas muy intensas. No nos podemos quejar, porque salió todo mucho más perfecto de lo que podíamos haber imaginado nunca. Tantos planes, tantos sueños, tantas ilusiones y qué rápido se pasó todo.

Menos mal que nos queda mucho tiempo por delante. Podemos idear mil días más para estar juntas, aquí y allí, pero siempre con la magia Atommy que nos acompaña a cada paso que damos. Estemos juntas o separadas. Estemos más cerca o más lejos. Con esa esencia que llevamos tan dentro cada una de nosotras y que planea quedarse para siempre...











Hasta aquí mis "memorias" sobre las aventuras en el cumple de Anita. Espero que les haya gustado, señoritas de mi alma y mi corazón.



Os quiero, ATOMMYS!!!!!!!!

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